Una pregunta que no es suelta sino alada al deseo de que se cumpla la ley, Los diversos decretos para la esclaustracion de monjas prohiben implíci- tamente que estas continúen haciendo vida comun, en la misma forma que en el Convento: desde que las monjas fueron esclaustradas, han estado for- mando varios centros de reunion á puerta cerrada, en donde tienen capi- lla y donde por consiguiente no falta el consabido clérigo que administra.... Todo el mundo conoce esos semiconventos y se escuchan á larga distancia los ejercicios que se practican: solo la autoridad departamental ignora la residencia de esos nidos, que necesariamente tienden á propagar el fanatis- mo y la inmoralidad. Antes de la esclaustracion, los eclesiásticos no penetraban al interior de los conventos de monjas, sino que solo se trataban por los tornos y rejas de las porterias y confesionarios, á lo menos ostensiblemente: hoy la cosa es mas cómoda, porque con pretesto de practicar, se reunen unos y otras er casas particulares, haciendo vida edificante y Dios sabe lo que pasa den- O A cierta clase de gente le agrada mucho adherirse á las cucara- Chas de sacristia. No me mueve la intolerancia ni el deseo de mortificar; lo que me llama la atencion es la audacia con que se pretende falsear la ley y hacerla ilu- soria. Si ella prohibe una cosa determinada ¿por qué se viola esa prohibi- cion? Si de algo me precio en alto grado, es de acatar y respetar la ley cualquiera que ella sea; y me sulfura que se cometan actos hostiles 4 la vista de la autoridad contra las disposiciones superiores. Deseara yo saber si el Sr. Jefe Político tiene conocimiento de estas es- candalosas infracciones y caso de tenerlo, ¿por qué no se ha procedido con» tra las infractoras para que cumplan con la ley? Si hay alguna disposicion superior que tolere esas reuniones inmorales, que la publique y no la guarde en secreto, 4 fin de que no se le culpe indebidamente: si como es- toy cierto, no existe tal disposicion, se servirá decir ¿por que causa tole- ra semejantes contravenciones? Espero la repuesta. Guatemala. Diciembre 21 de 1877. . Bartolomé Rios.