¿TRES SONETOS LOS PARRICIDAS HG No es odio, no, lo que mi pecho siente, Ni santa indignación; que tal sería, Borrar la noche y derramar el día Sobre el negror de mancillada frente. Sin ver á la fortuna, que inclemente Derramara sus males á porfía Sobre la madre patria, todavía Herirla quieren despiadadamente. Hijos sin alma, espíritus pequeños, No vereis vuestros sueños realizados, Que sólo han de quedar de vuestros sueños, Unidos de la Historia á los vestiglos, Unos nombres infames, condenados Por el fallo implacable de los siglos! LOS FRATRICIDAS NA Vosotros de Caín los sucesores, Los que llenos de encono vuestros pechos, Atropelláis principios y derechos Para saciar envidias y rencores; Que al ver de los hermanos los dolores No quedando los odios satisfechos, Con torpes mañas y villanos hechos Quisisteis aumentar sus sinsabores. No olvideis á Caín, el fratricida, Evocad su recuerdo en la memoria, Su falta, su castigo, su caída; Pensad que ni el laurel de la victoria Lograría borrar de vuestra vida La negra mancha de tan negra historia. A LOS BUENOS — Ak Aguilas que en lodo del pantano No mancháis vuestras frentes; que en un cielo Azul y claro remontáis el vuelo Lejos, muy lejos del ludibrio humano. Los que amáis al hermano como hermano; Que al verlo envuelto entre crespón de duelo Le ofreceis cariñosos el consuelo Y en su infortunio le tendeis la mano. Aquellos cuyo espíritu acaricia Ideales que elevan y redimen; Los que sentís ardiente la codicia De libertar á los que opresos gimen, No permitáis que triunfe la injusticia, No. permitáis que se entronice el crimen! Iii