PI LA prensa, valuarte poderoso de la civilización moderna, se ha convenido en llamarle el cuarto poder del Estado; y lo es en efecto, cuando unánime, franca y sincera, tiende á la civilización de altos fines patrióticos y de honrados principios. Pero un periódico, un eco aislado de la prensa, no es sino la manifestación de un grupo, algunas veces Ó — como pasa en nuestros pequeños países — la expresión de personales ideas, y, más aún, de personales desahogos. No son ni un periódico ni un periodista los que modifican y transforman por sí solos la faz de un país. Esto desdeciría de la índole de la prensa, tal como hoy la concebimos. Ni los ór ganos del anarquismo, ni los del socialismo, ni los del catolicismo, en que hay fanáticas ideas encarnadas, han logrado hacer atmósfera absoluta en una nación. Reservado estaba á nosotros tener esa gloria en la entidad de El Comercio” de Quezaltenango y en la personalidad de don Carlos Selva, En el número de dicho periódico, correspondiente al 5 de este mes, dice el afamado publi cista — y por declaración del mismo artículo, el CAPITÁN DE CABALLERIA — que al fundar el periódico en cuestión fué “con la esperanza de hacer algún negocio y con el propósito de ayudar á formar la opinión pública en favor del Licenciado Estrada Cabrera en las pasadas elecciones, y en caso de triunfar en los comicios, servirle para encarrilar la Administración por un buen camino, dar al gobierno carácter nacional, hacer que cesen los odios de partido, procu- rar la reconciliación de los guatemaltecos bajo la bandera del Estrada-Cabrerismo, como se ha hecho en México con la bandera del Porfirsmo, de esta manera asegurar la paz y con ella el progreso de la República.” Hermoso y laudable proyecto; pero de suyo tan vasto é imposible como realizar la Repú- blica de Platón, La Ciudad del Sol, los sueños de Rousau y los idealismos de Kant, Porque la unidad en principios en organización política y en ideas administrativas y sociales, no admiten á los genios redentores que como Selva aspira á la felicidad incondicional del género humano. Guatemala, bajo el prisma ideado por el señor Selva, no necesitaría de gobernante alguno ; sería el país ideal, la soñada Jauja de los hombres, aunque tuviéramos que negar el derecho de la maternidad como en las concepciones de Platón, ó el de la familia como en los modernos re- formadores de la escuela anarquista Y bien, ese publicista ilustre que sueña con la salvación de la patria, que tiene la llave de la felicidad, que estuvo á punto de hacernos la república modelo entre las repúblicas de la tierra, dice que se le ataca y que su vida peligra, es bien extraño ! Comienza su artículo en referencia, alegrándose de haber amanecido vivo y saluda á la fuente, á la brisa y al sol. Es muy justo; después de una noche borrascosa grato es tomar el agua de la fuente para calmar la sed, recibir las caricias de la brisa para refrescar el cerebro y gozar de los rayos del sol para ver claro. Todo esto para que el espíritu sereno no vea enemi- gos en las autoridades cuyo solo objeto es evitar que una sociedad y un pueblo heridos en lo más hondo traten de tomar por sí mismos el derecho que les asiste como ofendidos. Dice el escritor que temió ser despedazado á palos como una vívora, y sinembargo que tal idea no pasa de ser nerviosidad de publicista, como los hechos lo demuestran, «no hubiera faltado lógica para el hecho, porque de una pluma que emponzoña á un colmillo que envenena, no hay más distan cia que la que puede haber en un cuerpo sólido de una á otra molécula. Puede y debe estar el señor Selva seguro de que nada alcanza á interrumpir su tranquilidad siempre que no hiera, ni injurie ni calumnie. y por lo demás ojalá que no se retire del estadío de la prensa ya que él, gracias á todo lo que puede hacer con su pluma, ha conseguido, ó cree con seguir, que su periódico sea no ya el cuarto poder del Estado, sino el quinto que todo lo resuelve y todo lo determina ¡ Es Quezaltenango, Noviembre de 1904. Pierra Blanca.” , Imp < ESy sn 7 % o Y E : Cae pr , ] Sec "Cirio S/N ZA,