AL PUBLID Proditorio, incalificable por bárbaro es el nefasto suceso que tuvo lugar anoche, minutos despues de las ocho, con el designio de cortar el hilo de la preciosa vida del ilustre Jeneral Don J. Rufino Barrios Presidente de la República, yendo en su compañia el Secretario de la Guerra, Jeneral Don J. Martin Barrundia. El público conoce los detalles de tan negro designio: y sin duda alcanza la in- mensa gravedad y aciagos resultados del suceso maldito y cobarde, preparado por los enemigos cobardes, siempre infames, del Benemérito Jeneral Barrios, pero ese resultado es nada ménos, sino la prueba gratísima para el porvenir del país y para el juicio filosófico del Caudillo de la democracia, de que su vida no está á merced del retroceso. Ese retroceso, ó sea el bando aleve y cobarde que lo representa, ha sido infati- gable en sus medios proditorios y salvajes para vencer el obstáculo que personifi- ca la esclarecida figura del Jeneral Barrios, y que sintetiza el positivo engrandeci- miento de la República en todos los ramos del progreso social; engrandecimiento que aleja cualesquiera linaje de esperanza al oscurantismo. ultramontano; motivo porque, los hombres de las tinieblas, solo discurren medios perversos y reprobados. Si la causa del retroceso no fuera tan inmoral, de seguro que afrontaria la con- dicion de declararse con franqueza y apareceria «le frente, para combatir el obstá- culo; pero siendo además de inmoral, injustificable en principios, ¿qué son, qué pueden y deben ser sus atributos? Mil veces ha decendido, que decimos, mil veces ha obrado en la maligna y esclusiva esfera de sus atributos. Prueba lo dicho, su cobardia y el becho reprobado y fatídico que tanto asom- bro y dolor ha causado en la sensibilidad de la mayoria de la República que reci be cada instante, muestras inequívocas del cariño, del amor paternal del Jeneral Presidente. El suceso plausible de haber salvado de aquella maquiavélica é infernal maldad, sugiere dá nuestros corazones el grato deber de significarle que siempre nos encon- trará dispuestos á ejecutar cuanto sea preciso á propósito de obtener la severa y debida represion de los que han llevado á término, aquel perverso atentado, para que la generalidad de los guatemaltecos no se vea agoviada por una mancha que, sin duda, pocos han de lavar en su escarmiento. Sincera ha sido, es y será/nuestra adhesion, obediencia y respeto al Benemérito Jeneral Barrios. En ese sentido, pues, y en el de que no escatimaremos nada para cooperar en la grandiosa obra del regenerador, cordial es nuestro saludo, por haber salvado su vida tam querida del mas rudo y punible de los atentados del retroceso; y haciendo votos porque esa vida se prolongue, fuera de peligros, repetimos, que aquel Caudillo debe contar y disponer de nuestra absoluta obe- diencia; sentimiento natural, por lo que hace al peligro en que estuvo, y de que tambien salvó el Secretario de la Guerra Jeneral Barrundia. Guatemala, Abril 14 de 1 884. Jeneral de Division, Felipe Cruz— Jenerales de Brigada: Luis Beteta— Valerio Irungaray—M. L. Barillas— Miguel Enrique:— Coroneles: Estanislao £andoval— Socorro de Leon— Romualdo Fuentes— Tenientes-Coroneles: Mnuel Aguilar— Vicen- e Orantes-—Comandantes primeros: José D. Andrade— Manuel H. Sanchez— Sub- ¿enientes: Leopoldo Cóbar— Luis Pineda.