A Mlomorable Señoy Secvelawrio de Estado on el Despuehño de Insiriccion Publica, Profundísima pena sentimos al leer en el Diario Oficial del 27, el Acuerdo de la Secretaría de Instrucción Pública que en dl aparece. El Gobierro en Diciembre último daclaró que lo que se publique en el periódico oficial debe te- !1erse como notificación formal á los interesados. El periódico Oficial en los últimos dias del año anterior y en los primeros meses del actual, ex- puso las ventajas que la juventud costarricense podría recojer en el emporio de la civilización de la Patria, el Instituto Nacional; expuso igualmente el plan general de instrucción. aprobado por al Go- bierno, y exitó á los padres de familia 4 que mandaran sus hijos 4 aquel plantel de enseñanza á cur- sar por cempleto las asignaturas ofrecidas en el programa, y convocó á los mísmos padres de familia á que sellaran el compromiso en que, en nombre del Gobierno, la Nación aseenraba por un año el pan intelectual para sus hijos, mediante la matrícula que ellos debian pagar. Estos, confiados en la £í que merece un Gobierno, y cumpliendo con las oblisaciones que él impuso, de todos los ámbitos de la República trajeron á eso plantel ciento veinte y dos niños, que hoy no podrian colocarse en ningún otro establecimiento del país con probabilidad de ganar el 2urso Tespectivo. El Gobierno ofreció por medio de la Secretaría de Instrneción Pública, y los padres de familia aceptaron y cumplieran por su parte confiando á la fé que merece el Gobierno lo mas caro que tie- nen, sus hijos. Hay un contrato den borrarse con un Acuerdo. Hemos oido decir que el Honorable Señor Ministro al autorizar el Acuerdo del 26, no solo tuvo en cuenta las razones en que lo fanda, sin que produce obligaciones y derechos y ni las unas ni los otros pue- o tambien el hecho de que hay muchos millares de niños privados de la Instrucción primaria, verdadera base de un porvenir feliz; y que además se proponía dictar el Acuerdo que tuvimos el susto de leer ayer, enel cual se trata de la promesa de dar vida á la Universidad. Tambien hemos oido decir que el mismo Señor Ministro alega que en el dicho A- O cuerdo no se quita el Instituto: —esto no lo creemos. porque seria un argumento de /interillo. Desgraciadamente es verdad que hay millares de niños sin escuela, perdiendo preciosísimo tiem- po, y dichosamente es verdad queñal Honorable Señor Secretario se*rocupa de restablecer la Univer-* sidad; pero esas dos verdades no justifican, ya que legalizar no es posible, el asesinato del Tustituto Nacional; y decimos asesinato. porque la muerte que se le dá no tiene ni el mérito de la franqueza. Es un hecho que el Gobierno tiene la obligación constitucional de pagar las escuelas primarias y que no tiene dinero con que pagarlas, pero tambien es un hecho que la obligación actual, concre- ta, debe anteponerse al cumplimiento de la obligación permanente, abstracta. Restablecer la Universidad no es cumplir la obligación que el Gobierno contrajo con los padres de familia que llevaron sus hijos al Instituto Nacional. Si los considerandos del Acuerdo del 20) es= tán en la conciencia del Honorable Señor Ministro, él no puede restablecer la Universidad. ¡De dón- de coge plata para pagar la Univer cional que es obligación La Universidad no'puede restablecerse en un dia, v-el Instituto Nacional solo necesita seis me- ses para concluir los cursos en las distintas asignaturas que el Gobierno se comprometió á concluir y que puede verificar con un desemboso de menos de bres mil pesos. Ademas, acabamos de saber que varias decenas de jóvenes de los que hay hoy en el Instituto se uprestan para marcharse desde luego á el Salvador, en solicitud de la vida del alma que aquí se les niega. Merecida enhorabuena á la República hermana, pero sentidísimo pésame para todos nosotros sI tal cosa se verificara. sidad que es conveniencia, sino la tiene para pagar el Instituto Na- Suplicamos, como sonsecuencia de lo expuesto, al Supremo Poder Ejecutivo se sirva Decretar la vevocación del*Acuerdo aludido de 26 de] corriente en cuanto se refiere al Instituto Nacional; y 4la Representación del Pueblo suplicamos encarecidamente, se sivva manifestar que el dicho Acuerdo no merece su aprobación en el sensido expresado. —» > San José, Mayo 30 de 1883. Unos PADRES DE FAMILIA. Imprenta de “La Paz.”