mi atrevimiento y mi malicia; pero sí me avanzo á asegurar que algun sábio encantador se las trajo de España ó de Paris, caballero en una nube de fuego, 6 en rayo tronador, y se las presentó cuando estaba durmiendo, y sin saber cómo ni cómo nó, el Dr. Piruetas se las metió en medio de los sésos y estos, no queriendo dar posada á los hués- pedes, los echaron á la calle, y fueron a dar despues de correr de ceca en meca 4 las columnas de “El Progreso” buscando posada como esos peregrinos de romería que por ir rezando el 072 pronob?s, dan con una barranca para salir desquijarados y con necesidad de cabalgar en burro. Aquí en esta antigua ciudad de Guanagazapa, apenas nos llegan Señor Corrientes, y eso muy de cuando en cuando, algunos hurtos li- terarios que bo parecen hurtos sino rapiñas; pero nosotros como hom- bres sencillos no hacemos alto, sino que leemos lo orijinal y lo ajeno, porque decimos “Como los guatemaltecos tenemos cola en sentir de los literatos que nos estan viniendo del otro lado, bien es que nos cerce- nemos el rabo para que estos nós enseñen las orejas, y con ellas el ar- te de dar las horas en el corral.” Yo quiero entrar con Ud. en una comunicacion contínua, aunque no sea mas que para que Ud. me mande las obras literarias y orijina- les delDr. Piruetas, y remitirle yo los 'ibros de donde las saca; pero le encargo el secreto, porque á decir verdad, si aquel nuevo campeon sabe nuestro convenio, esconde los libros, toma las de Villadiego, co- mo el Dr. Torrente, se vá con la música á otra parte y la literatura muere en Guatema'a. Con que illencio mi amigo! vea que nuestra patria tiene necesi- dad de copist: ; estos empiezan á venir en partidas y á manadas de to- dos los ámbitos del mundo, nos prometen civilizar, nos tienen un en- trañable cariño por ser quien somos y no por lo. que les damos, y en Ím, y no es poco, nos fundan periódicos, y como nos ven aun vesti- dos con plumas, ó desnudos y pintorreados, no tienen empacho en pu- blicar epígramas de can can, como aquellos del primer número de “El Deshorizontado,” propios de una sociedad culta y del respeto que se debe al público y á la delicadeza de los lectores y lectoras. Cuídese mi buen amigo Don Casandro, y anote en esa Universi- dad e nombre y circunstancias del nuevo campeon. Ya me entiende, Doctor Facundo Piruetas, orijinario de no sé donde, venido por los aires, posado en los vientos. SUAIMoO Oo Perfecto Tranqueador. P. 5.—Si me escribe, dirija su carta: esquina de la Trompeta, calle del Picadero, barrio de Bolatines, hotel de la Aventura, frente al bazar de Saltimbanquis, junto al Corrido. VALE. Aur e o asO