DOS SR A A A RS ES EA El General. de División Don Pablo Nuila, al mando de cerca de 1,000 hom- bres, salió ayer de esta Capital á la campaña. Su columna va llena de entusias- mo: —no va dá combatir por nuestras antiguas mezquindades como ha sido cos: tumbre en estos paises en que se han emprendido tantas luchas insensatas sólo para abatir ¿ un Gobernante y elevar á otro, sólo para sobreponerse una ambi- ción 4 otra y un interés personal á otro de idéntica especie: esa columna, como todo el ejército, va 4 combatir por una gran causa, —la de conquistar una hermo sa y honorable patria para la actual generación y su posteridad. El General Nuila va á la campaña con tres de sus hijos, y si tuviera otros capaces de portar ar- mas, lo habrían también acompañado, porque á las causas redentoras de la mise- ria, de la pequeñez, de la desgracia ó desdicha de los pueblos, todo se debe, — el propio reposo, intereses, caras afecciones y la vida misma. Cuando la columna del General Nuiila y todo el ejército regresen ád sus hogares, se dirá de tantos valientes: —son ellos los soldados de la Unida; los que bizarros han tremo!ado en Centro-América, con los guatemaltecos, el pabellón glorioso de su Unidad nacio- nal que de hoy más ha de ampararnos—son ellos nuestros bravos amigos que nos traen patria á nosotros y á nuestros hijos; sí, son ellos que nos traen patria y bie- nestar, paz y felicidad! Los Tegucigalpas. Tegucigalpa, Abril 2 de 1885.